Disneyland.
Consta de diferentes áreas por temáticas como: Adventureland, Frontierland, New Orleans Square, Mickey’s Toontown y Tomorrowland.
Es decir: África, Oeste, Nueva Orleáns, Mickey y Futuro.
Había muchas atracciones con largas colas para subir a ellas, como en cualquier parque temático que se precie, pero sólo nos hemos subido en la atracción estrella de la zona del futuro. En esta te meten por parejas en un carrito de feria, con una barra de seguridad por delante, y pasas por una puerta a una zona totalmente a oscuras. Allí empieza a correr a toda velocidad y a hacer todo tipo de tirabuzones, viéndose únicamente estrellas y planetas en la oscuridad.
Salí de allí metida por debajo de la barra de seguridad, hecha una bola con los ojos cerrados. Lo siento, pero no me gusta nada este tipo de experiencias dislocantes. Definitivamente estos sitios no me vuelve loca.
La zona de Nueva Orleáns sí estaba muy conseguida, parecía enteramente que estábamos allí, aunque supongo que esa ciudad tiene que ser mucho más. Así que sólo hemos conseguido las ganas de viajar allí algún día. Tiene un aire francés muy peculiar, con unos balcones y enrejados muy característicos. Sin hablar de sus bares y terrazas.
En el centro del parque había un enorme lago precioso, con dos embarcaciones, una un auténtico barco del Missisipi, y la otra un barco pirata. Nos subimos en el pirata y fuimos de un lado al otro del lago.
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